Desde chica tuve fascinación por los crayones, o crayolas, como también se conocen en México. Me encantaban sus colores tan brillantes y la sedosa sensación cuando los usas sobre el papel. Pero detestaba algo: que se hicieran chatos y que se rompieran. Así era imposible dibujar con precisión, “sin salirse de la raya”, como me decían […]