Nunca he sido fan de las películas animadas, aunque reconozco que existen buenas y bellísimas producciones. De las pocas que he visto, la saga de Toy Story es mi favorita. Supongo que conforme mi hijo Víctor vaya creciendo tendré que doctorarme en este tema. No conozco a ningún padre o madre cuyos hijos no exijan que los lleven a los estrenos de las cintas infantiles.
Creo que la misma emoción existe con The Croods, el filme animado que estrenará Dreamworks el próximo fin de semana. He visto los anuncios espectaculares por toda la ciudad, así que supongo que eso ha generado gran expectación entre los seguidores de este tipo de producciones.
Tuve la oportunidad de ver esta cinta hace unas semanas junto con un grupo de mamás blogueras. Los estudios Dreamworks, con base en Burbank, California, prepararon una serie de mesas redondas en las que participaron los creadores de The Croods. Ellos contaron que desde la concepción de esta cinta hasta su realización pasaron nueve años, lo que da una idea la meticulosidad con la que se elaboró esta producción.
La historia es un tanto inusual. Se trata de una familia de cavernícolas cuyo patriarca es un tipo protector y por lo tanto temeroso de que algo malo le pase a su familia en un mundo lleno de animales salvajes y constantes desastres naturales. El clan está compuesto de seis miembros, el padre, la madre, la abuela y tres hijos. De ellos, Eep, la hija adolescente,es la que le pondrá el tono “peligroso” a la historia porque, como cualquier chica de su edad, quiere explorar el mundo, por lo que desafía en cada momento que puede las restricciones y advertencias de su padre.
Entre toda esta tensión entre padre e hija, suceden una serie de acontecimientos, como la aparición de un chico guapo e inteligente de quien Eep se enamora casi de inmediato que lo ve. Él entiende a Eep porque es igual de aventurero, pero entonces la tensión ya no solo es entre Eep y su padre, sino Eep, el chico y el padre.
La cinta, como es de esperarse, tiene momentos de emoción, de angustia (moderada, no se preocupen) y graciosos. Y por supuesto que tiene un final feliz.
Sin embargo, algo que noté es que una producción con mucha energía, con bastante dinamismo. Seguramente es la tendencia entre las nuevas producciones, porque no recuerdo -de lo poco que he visto en animación-, haber visto algo igual o parecido.
Por ejemplo, la secuencia con la que abre la película, en la que toda la familia se embarca en la tarea de hacerse de un huevo gigante, me dejó perpleja no solo por la cantidad de elementos visuales que se mezclan en esta persecución, sino por lo extensa y enérgica que fue. Es algo de lo que los productores se sienten orgullosos, y no es para menos, puesto que cada detalle está cuidado con minuciosidad absoluta.
La cinta es aún más impresionante en cuestión de detalles porque está hecha en 3D, lo que permite entrar al mundo irreal y colorido en el que viven los Croods. Al respecto, los productores dijeron que no hay una era específica en la que se sitúa esta producción.
“Inventamos nuestro propio [periodo], el ‘croodacious'”, dijo divertido Chris Sanders, quien junto con Kirk DeMicco dirigió la cinta.
The Croods, no obstante, no necesita ser ubicada en una era específica. Tiene elementos animados suficientes como para ponerse a pensar si es de tal o cual periodo (pongan mucho ojo en los colores, los paisajes y animales surrealistas creados para este filme). Es divertida, inteligente y ofrece un bonito mensaje, papá lo sabe todo… pero no siempre.
Los invito a que me den su opinión al final de esta página si es que van a verla.