Esta campaña ha sido compensada por Collective Bias, Inc. y su anunciante. Todas las opiniones son propias. #FunSizeMerienda #CollectiveBias
“Tutu-tutu-tutu”, sonaba la cornetilla a lo lejos. Era el anuncio más esperado del día: el panadero en su bicicleta con su inmensa canasta salpicada de pedazos de sabores, colores y texturas.
“¡Yo quiero una concha!”, “¡Yo una empanada!”, “¡Yo un cuerno!”, le decíamos mis hermanos y yo a mi mamá, que desde la tarde tenía preparado un bowl en el que echaría al menos 20 piezas de pan dulce, las mismas que no sobrevivirían más allá de aquel día luego de que los 15 miembros de la familia las devoráramos con leche, café o chocolate.
El ritual siempre era el mismo: alrededor de las 8 de la noche todos nos sentábamos a la mesa -aunque no lo crean nos las arreglábamos para caber-, con mi papá a la cabeza y mi mamá yendo y viniendo del comedor a la cocina con las bebidas que cada hijo quería tomar.
Eran momentos para conversar sobre lo más sobresaliente del día, para contar chistes o para jugar algún juego de mesa. Nuestro favorito siempre era La Lotería, que se hacía más interesante cuando cada uno tenía que poner una moneda de cinco centavos para participar (obviamente todo ese dinero salía de un solo bolsillo, el de mi papá).
Pasado un rato llegaba la orden de mi madre: todos a ponerse la pijama, lavarse los dientes y a dormir. La hora de la merienda había terminado. Habría que estar listos para el día siguiente.
Mis recuerdos de ese instante del día son vívidos y hermosos, y son parte de las tradiciones que traía en mi maleta cuando inmigré a este país. Las tuve bien guardadas, intactas, y las saqué cuando formé una familia.
Ahora revivo con mis hijos esos momentos aunque con sus variantes. Para hacer la hora de la merienda un rato divertido, pero también de aprendizaje, practico un juego que inventé y que llamo “Aprende bien el español”, que consiste en enseñar a los niños vocabulario en castellano que no conocían, o que habían escuchado solo en inglés. Únicamente consta de 5 pasos:
1. Deja que tus hijos elijan un libro en español (puede ser en inglés, pero tienes que traducirlo mientras lo lees).
2. Lee el cuento y enfatiza una o dos palabras que consideres novedosas en el vocabulario de tus hijos.
3. Explícales su significado y pídeles que la repitan en una frase. O deja una frase inconclusa y que ellos agreguen la palabra.
4. Diles cómo se dice en inglés y cómo se dice en español (aunque no lo creas, ellos saben diferenciar los dos idiomas).
5. En un pizarrón o en una hoja de papel, díctale a tus hijos la palabra en español, letra por letra, para que de paso también aprendan el abecedario en castellano.
Víctor, que ya tiene cuatro años, me ha sorprendido en varias ocasiones con frases perfectamente bien estructuradas con las palabras que ha aprendido. Mientras, Jorge Mario, que tiene 2 años, es todo oídos.
En estos momentos aprovechamos para comer una pequeña golosina. Y cuando digo pequeña es pequeña. Nuestras favoritas son los MARS Chocolates, que compro en la sección de dulces de Walmart.
Las pongo en un bowl -no tan grande como el que mi mamá usaba para poner el pan, por supuesto-, porque es común que nos visiten mis hermanas, que viven muy cerca de donde yo vivo.
Y así, entre pequeños chocolates, pan dulce o galletas y leche -la bebida favorita en la merienda de mis hijos-, se llega la hora de dormir. El día siguiente nos espera con muchas sorpresas y emociones.
¿Qué sueles hacer con tus hijos durante la merienda? Comparte tu experiencia.
asbestrecipes dice
Que lindo es leer con nuestros nenes mientras disfrutamos de la merienda gracias por participar! #client